EMPRENDEDORAS

jueves, 7 de octubre de 2010

La desigualdad entre hombres y mujeres es algo que nadie debería cuestionarse ya, son diferentes por motivos más que evidentes. Pero el hecho de no ser iguales no implica que no deban tener los mismos derechos, por ello se lleva muchos años trabajando y progresando en materia de igualdad de géneros.

A la hora de emprender un negocio la diferencia se hace más notoria si cabe, motivada, principalmente,  por las costumbres y la cultura que ponen más trabas a las mujeres a la hora de emprender. Uno de los obstáculos, el mayor de ellos, es la maternidad,  y es que son las mujeres las que se platean que tarde o temprano tendrán que reducir o eliminar su jornada laboral para dedicarse a sus hijos y hasta que ese papel tradicional no desaparezca, sean los hombres los que también se plateen que quizá en cierto momento vayan a tener que dedicarse a la paternidad, va a ser difícil que no se siga cumpliendo que la mayoría de personas que monten un nuevo negocio sean hombres.

Para tratar de igualar el porcentaje de mujeres y de hombres emprendedores existen varias páginas web con información, recursos útiles e incluso cursos de formación gratuitos online para las mujeres, uno de los más interesantes es http://www.soyempresaria.com.

También existen ayudas oficiales para las emprendedoras o empresarias que podemos encontrar en el siguiente enlace: http://www.ipyme.org/es-ES/Financiacion/Paginas/Microcreditosparamujeresemprendedorasyempresarias.aspx.

Llegados a este punto es obvio que existe una discriminación positiva a favor de las mujeres, que considero necesaria para incentivar en un principio, pero que debería desaparecer ya que si se está luchando por igualdad de derechos, ambos, tanto mujeres como hombres, deberían tener las mismas oportunidades y que además considero debilitan a las mujeres. Si son igualmente capaces, no necesitan más ayudas.

Después del estudio sigo pensando que hasta que no se modifique ese papel tradicional de las mujeres, ese que no transmite la misma seriedad o seguridad ante una empresa si no son en las áreas “típicas” de las mujeres como los salones de belleza, las floristerías… y mientras se siga pensando que son las mujeres las que deben ocuparse de los hijos, por muchas ayudas que reciban, será difícil alcanzar esa igualdad a la hora de emprender.

Concluyendo, es la sociedad, nosotros, los que debemos cambiar estas tradiciones y ayudar a que exista esa igualdad, que el porcentaje de mujeres emprendedoras sea el mismo que el de emprendedores.          

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